
Yo no sé si te ha pasado por dentro, tú sientes que tu mundo se está desmoronado, pero tú sigues actuando como que, si nada estuviera sucediendo, desde afuera puede lucir que tú tienes todo bajo control, tienes tu sonrisa, tus hijos perfectos, tu agenda cargada, pero tú sabes que hay noches en donde no puedes dormir, sabes que hay momentos en los que parece como que la mente no se te apaga y el cuerpo no descansa, pero tu alma está peleando ahí por mantenerse de pie y yo sé lo que es estar firme por fuera y con una tormenta en nuestro interior.
Si tú también has sentido que a veces no puedes caerte porque tú sabes que todas las cosas a tu alrededor dependen de TI, pues te cuento que este episodio no va a ser una opción, que tú la escuchas, este episodio es un rescate porque tú sabes que la vida no se detiene cuando tú te estás cayendo por dentro y hoy vamos a hablar precisamente de eso, de eso que nadie ve, pero que muchas de ustedes sienten consistentemente.
Esa batalla invisible por mantenerte firme cuando el mundo actúa alrededor, se está tambaleando, se está sacudiendo. Y tú sientes que todo se va a caer en la lucha entre lo que sostiene y lo que te sostiene a ti. Hoy te voy a compartir 3 estrategias, que transformaron aún mi manera de atravesar momentos difíciles, te voy a hablar acerca de esa raíz invisible que tienes que tener bien plantada, que va a evitar que te desplomes, te voy a compartir una técnica que reprograma tu mente para que no se convierta en tu enemigo porque hay personas que su mente es supergrande enemigo. Y por supuesto, te voy a compartir un principio divino para que vuelvas a priorizar en tu vida lo que es realmente te trae estabilidad.
Yo espero que tú me creas cuando te digo que lo que yo te voy a hablar aquí en el día de hoy va a cambiar para siempre la manera en que tú manejas tus caos, pero no las cosas que pasan fuera. Ah, tu caos interno, tus emociones. ¿Y tus decisiones más difíciles? Estoy a punto de compartirte lo que se debe convertir en tu nuevo manual de firmeza espiritual, de firmeza emocional y de firmeza mental. Hoy te quiero compartir: Mantente firme, y 3 estrategias para tus días difíciles.
¿Conoces tú como mujer que la firmeza no comienza en tus pies, la firmeza comienza en tus pensamientos? ¿Sabías tú que está probado científicamente que los cerebros más resilientes no son los que bloquean el dolor, sino son los que se adaptan rápidamente a los cambios sin perder la dirección? ¿Me creerías si te dijera que hay momentos en los que parece como que la mente no se te apaga y el cuerpo no descansa? ¿Sabías tú que la Tu mente es el campo de batalla donde se gana o donde se pierde tu estabilidad?
¿Te has preguntado si tienes la capacidad de responder con toda seguridad estas preguntas? Me gustaría leer tus respuestas a estas preguntas, en la caja de comentario.
Terminando con lo anterior, continuemos nuestra lectura.
TRES ESTRATEGIAS PARA DÍAS DIFÍCILES.
1. TENER FIRMEZA NO ES RIGIDEZ, ES ELASTICIDAD ESPIRITUAL.
La estrategia #1 que te voy a enseñar es cómo desarrollar elasticidad espiritual y tú dirás: ¿pastora de qué me estás hablando? La mayoría de las personas piensan qué mantenerse firme es quedarse quieto, así como si fueras un robot que no se mueve, como si fueras inamovible, como una estatua que aguanta el viento así sin inmutarse, pero hay algo que nadie dice y que puede cambiar toda tu manera de ver tus momentos difíciles.
La firmeza espiritual no se parece a una roca inmóvil, la firmeza espiritual se parece más a una palmera que se dobla, pero no se quiebra, y por supuesto yo, que vivo en el Caribe. Bueno, pues esta ilustración me hace sentido, ¿verdad? A mí me quedó supergrabado cuando en el año 2017 en Puerto Rico tuvimos el huracán María. Y oye, yo he vivido más de un huracán, pero tengo esas imágenes del huracán María tan grabadas.
Yo en mi casa tengo unas Palmas gigantesca tengo tres palmas gigantescas en la parte de atrás de mi patio, cuando yo te digo gigantesca que yo sea exagerada, es que estas palmas miden más de 40 pies de alto, es decir son gigantesca, si mides en metros esos son más de trece metros que tengo en el patio de mi casa.
Lo impresionante no fue la lluvia que nos cayó en el huracán que fue demasiado, lo impresionante fueron esos vientos del huracán y para mí más impresionante aún, fueron que las palmas siguen en pie luego de ese huracán sin precedente, y mira que se movían violentamente de verdad.
Ahora porque te digo que esta ilustración es para mí que vivo en el caribe, porque en el caribe conocemos las raíces de las palmas crecen más hacia los lados que hacia abajo, eso hace que ellas se agarren más del terreno como si fueran una red, lo que hace que no se rompan porque se conectan unas a otras por debajo de la tierra, por eso que tú ves tantas palmas en el trópico consistentemente, porque resisten las tormentas, resisten los huracanes.
La constitución de las palmas está hecha para eso, si buscas videos de palmas resistiendo al viento, eso es una cosa impresionante, yo lo he visto con mis propios ojos y cuando tienes la oportunidad de verlo con tus propios ojos entiendes lo que te estoy diciendo, la firmeza no está en quedarte quieta, está en realidad en mantener tu conexión divina aun cuando todo a tu alrededor se tambalea como esas palmas que tú ves en esos videos.
Bíblicamente, esto está retratando uno de esos versículos que en nuestra biblia muchas veces para desapercibido me refiero a Job 17:9 “No obstante proseguirá el justo su camino, y el de manos limpias aumentará su fuerza” no sé si te diste cuenta de lo que quiero enfatizar de este verso, no dice el justo se detiene, dice el justo sigue caminando.
Habla de que la firmeza del justo no es rigidez, es perseverancia en movimiento, está probado científicamente que los cerebros más resilientes no son los que bloquean el dolor, sino son los que se adaptan rápidamente a los cambios sin perder la dirección, ¿Tú sabes cómo se llama eso? Eso se llama flexibilidad emocional y es una de las claves del bienestar cuando está pasando momentos difíciles.
Dios no espera que tú te conviertas en un cemento, en un bloque, en una estatua. Dios espera que te conviertas en esa raíz que se conectan correctamente y que si agarras y bien fuerte de ese suelo, si yo te soy sincera, yo misma he tenido que aprender a golpes este principio, porque todos hemos pasado momentos en nuestra vida, donde confundimos el mantenernos firmes con no mostrar ninguna debilidad.
Por supuesto que cuando tratamos de hacer eso y lo hacemos con las mejores intenciones porque queremos cuidar el ministerio, nuestra casa, porque queremos liderar con fuerza, porque queremos cuidar nuestros hijos, nuestro matrimonio, nuestro negocio, pero aun cuando tú quieres mantener esa firmeza por dentro sucede lo que le sucede a cualquiera persona que está pasando por una tormenta.
Puede ser momentos en que llores a solas, que hay momentos en que crees que no puedes dar ni un paso más, en esos momentos en que Dios me ha repetido una y otra vez y que Dios siempre me ha dicho. Omayra firme no es la que nunca se dobla, firme, es la que sabe doblarse sin soltarme a mí.
Cuando tú entiendes eso, comprendes esta verdad, si tu concepto de firmeza no te permite llorar, no te permite descansar, no te permite pedir ayuda, lamento decirte que eso no es eso no es firmeza, eso es orgullo espiritual disfrazado, las palmeras sobreviven la tormenta, no porque no se mueva, sino porque saben hasta dónde doblarse sin soltarse, sin romperse, y tú tienes que aprender a resistir en movimiento, sin soltarte, pero sin soltarte de Dios.
2. ANCLA TU MENTE ANTES DE MOVER TUS PIES.
Estoy hablándole a tu mente y hay una conexión entre tu mente y tus pies, y hay algo que pasa desapercibido en los días difíciles, mira muchas mujeres oro para que Dios les diga qué hacer, pero no cuidan cómo están pensando, aquí te quiero compartir una revelación tú no puedes caminar con fe con una mente gobernada por el miedo.
La firmeza no comienza en tus pies, la firmeza sabes dónde comienza en tus pensamientos. Tú puedes estar físicamente parado, pero si tu mente estás desorientada, claro que vas a terminar cediendo al primer embate emocional que tú sufras y yo te voy a decir algo.
En más de una ocasión he recibido el abrazo de alguna mujer que me ha susurrado al oído diciéndome, Pastora, ya yo no tengo fuerzas para continuar. Tú y yo sabemos lo que esa mujer está tratando de decir, porque cuando una mujer dice no tengo fuerza para seguir, tú sabes que ella no se refiere a fuerza física de que no puede seguir.
Cuando dicen no tengo fuerza, no es el cuerpo de lo que están hablando, está hablando el cansancio de lo que está pasando en su mente, están hablando de esa guerra en sus pensamientos, esos pensamientos repetitivos de fracaso, esos pensamientos repetitivos de culpa, esos pensamientos repetitivos que dicen nunca vas a lograrlo y lo que paraliza a esa mujer que no pueden seguir hacia adelante, no es el peso de la vida, es el peso de lo que se está diciendo internamente, de los pensamientos que están permitiendo que se apodere de ella.
En un momento de mi estudio personal me tropecé con un salmo que para mí es oro puro: en Salmos 94:19 “En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegraban mi alma”, ¿qué es lo que está diciendo el salmista? Fíjate que el salmista no dice; cuando todo estaba bien, dice en la multitud de mis pensamientos.
O sea, está diciendo en medio del caos mental, en medio de esas locuras que me pasan por la cabeza, me pasan a mí, te pasan a ti también, ahora fíjate lo que está diciendo, está diciendo que no es cuando todo se resolvió, cuando ya superé esta etapa, no, no, no, no, no, está hablando de que cuando la voz de Dios se volvió más alta, que aquellos pensamientos estás hablando de cuando la voz de Dios se volvió más fuerte que el propio miedo.
Tu cerebro, cuando está estresado, crea unas rutas automáticas que se repiten como discos rayados. Sí, por eso que tú dices motores que yo no sé por qué me pasa este problema y yo termino comiéndome la nevera o yo termino cometiendo este error o llamando a esta persona que lo debo a llamar nunca más en mi vida, termino alejándome de las cosas. Tú sabes los patrones que tú repites constantemente.
¿Qué es lo peligroso? No es tener un mal pensamiento de vez en cuando, No oye, somos humanos. Todos tenemos esos pensamientos. Lo que es verdaderamente dañino es repetirlo tantas veces que el cerebro lo convierte en una ruta, lo convierte en una costumbre. Cada vez que lo piensas, tu mente crea un pequeño sendero, pero si sigues transitando por ese mismo pensamiento negativo día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto. ¿Sabes lo que pasa? Que ese sendero regular, así normal, se convierte en una autopista.
Las autopistas son rápidas o automáticas; eso se mueve ese pensamiento en voz de la cosa que tú no quieres en tu vida, y llega el punto en que te das cuenta de que ya es, eres tú la que está decidiendo pensar así. No te das cuenta de que simplemente lo haces automáticamente. Cada pensamiento repetido es una instrucción del cerebro que decide obedecer, así que si tu pensamiento dominante, yo voy a fracasar, tu cerebro no te contradice. ¿Tú sabes lo que hace tu cerebro? Te obedece y tú tienes que comenzar a recolectar pruebas para validar esa expectativa, como cuando un abogado se presenta dando evidencia en una sala en un tribunal.
Si tú piensas que tú no eres suficiente, ¿sabes lo que te va a decir tu mente? Tu mente se va a liar con esa mentira y en lugar de salvarte tú sabes lo que va a ser te va a enterrar, es como tener un asistente mental que solo responde a las órdenes que le diste si le hablas con miedo, ella agenda tus días con miedo, con ansiedad.
Ahora cuando venga un pensamiento negativo, cuando venga un pensamiento negativo, lo primero que tienes que hacer es poder discernir, nos identificará y lo primero que te voy a preguntar es ¿quién me dijo esto ¿quién me dijo que yo no puedo, ¿quién me dijo que yo no soy suficiente? ¿Quién me dijo que yo voy a fracasar? ¿Quién de esos pensamientos negativos? Tú tienes que cuestionarlo y esto ya se lo he hablado más de una vez aquí en buscar podcast.
Y que tú tienes que decir que segundo, tú tienes que preguntarte, esto está alineado con lo que Dios dice de mí y luego tú tienes que preguntarte, ¿qué pasaría si yo creyera lo contrario a este pensamiento? Te doy un ejemplo, si tú piensas, ay, yo nunca voy a salir de este problema
párate en seco, esto lo dijo el cielo acerca de mí, y después tú te dices a ti misma. Eso no lo dice el cielo, eso no lo dice la Biblia, eso no lo dice Dios. ¿Qué es lo que dice la Biblia? Que toda obra para bien y si de casualidad o ella me vaya aquí diciendo que se dice, Ay, ahora la Pastora me quiere dar terapia, vaya mujer pódcast, esto no es terapia esto es biblia amiguita Romanos 12:2 te ordena a renovar tu mente, porque yo sabía que sin transformación interna no hay firmeza externa.
Tu mente es el campo de batalla donde se gana o donde se pierde tu estabilidad, y esto es una verdad incómoda que tenemos que decir con mucho amor, muchas mujeres no están cayendo por lo que pasa afuera, sino por lo que permiten adentro de ellas misma, y no es pecado tener pensamientos negativos, pero es destructivo hacerlos inquilinos permanentes en tu cabeza, todos tenemos que pelear con pensamientos negativos no vienen de Dios, yo también tengo días en que me levanto pensando cosas que no tengo que pensar, pero estoy consciente que no vienen de Dios, estoy consciente que no vienen del cielo y me recuerdo a mí misma no toda voz interna merece mi atención.
Ahora te lo digo a ti con todo mi corazón. No le entregues el volante de tu día a una voz que no representa tu destino, que no representa lo que Dios quiere para ti. Si Dios no dijo eso de ti, tú tampoco lo digas. Antes de moverte, ancla tu mente, porque el cuerpo sigue donde primero camino la mente.
3. ESTABILIDAD NO ES AUSENCIA DE CAOS; ES PRIORIDAD BIEN DEFINIDA.
A veces no es la tormenta lo que te está tambaleando, es el desorden en tus prioridades, muchas mujeres me dicen ay pastora yo me siento tan aplastadas, tan colapsada, es como que, si la vida me estuviera arrastrando, pero cuando indagamos un poquito más, sabes de lo que nos damos cuenta de que están dando su energía a lo que grita más fuerte no a lo que realmente sostiene sus almas.
Aquí está la clave y el punto que quiero que te lleves de esta estrategia, tu firmeza no se pierde por exceso de tareas, sino por escasez de enfoque, segunda de Crónicas 12:14 “E hizo lo malo, porque no dispuso su corazón para buscar a Jehová” ese verso cada vez que lo leo me estalla en la cabeza, no dice cometí una gran falta, no dice se reveló a propósito, dice que hizo lo malo porque no dispuso de su corazón.
La firmeza comienza en lo que decides priorizar, no en lo que tu tratas de evitar, la firmeza no es cuestión de hacer menos, es cuestión de poner a Dios primero, de poner a Dios primero sin escusas, yo no estoy hablando de vivir como una monja encerrada, yo estoy hablando de poner orden en tu mundo interno, de preguntarte con honestidad, ¿estoy dedicando mi energía, mi atención a las cosas urgente o a las cosas que son eternas?
Hay días en que vas a tener que cocinar, responder mensaje, trabajar, cuidar a los niños, servir a la iglesia, hacer de todo, pero la prioridad espiritual no se mide en tiempo, se miden en intención, tú puedes estar lavando los platos y al mismo tiempo reafirmando cada promesa de Dios para tu vida, tú puedes estar resolviendo algo en una reunión, sin soltarte de tu ancla que es tu paz interior, esa palabra de Dios en tu corazón.
La estabilidad no es el resultado de hacer todo, es el fruto de hacer primero. Lo que tiene peso eterno, tu agenda es como un jarrón. Si tú comienza metiendo las piedritas pequeñas, los mensajes, las redes sociales, las tareas pequeñas, ¿tú sabes qué? Las cosas grandes no van a caber, pero si metes primero las piedras grandes, ¿cuáles son esas piedras grandes? La dirección divina, el descanso con propósito, entonces las cosas pequeñas se acomodan solas en los espacios libres que dejan esas cosas grandes.
Así que tal vez lo que hoy te está robando firmeza no es el caos, es que estás tratando de poner primero lo que debes de tratar al final. La mujer firme no es la que lo hace todo, es la que hace todo en el orden correcto.
Mantenerse firme no es cuestión de fuerza, es cuestión de alineación. Cuando tu mente se ancla en la verdad, tus emociones dejan de ser olas que te arrastran y se convierten en aguas que te impulsan.
Hoy te compartí tres estrategias que yo misma tengo que practicar porque si, aun siendo pastora hay días que la firmeza no me sale natural, hay días en que tengo que recordarme a mí misma que no estoy sola, que el miedo no se trata de sentirme firme, se trata de permanecer conectada aquel que me sostiene.
Por último, me gustaría agradecer a todas esas mujeres, que decidieron invertir un par de minutos de su vida leyendo.