
Yo no sé si alguna vez tú te has sentido que la vida sigue su curso mientras tú te quedas mirando, como, así como desde una ventanita, como si todo el mundo avanzará a un ritmo que ya tú no reconoces, mientras tú intentas descifrar si estás en el lugar correcto o si aún estás esperando por algo en la vida, esa extraña mezcla entre querer ser más o hacer más, poder tener más, pero de verdad no sabes ni por dónde empezar. ¿Te suena familiar?
Me refiero a esa sensación de estar ocupada, pero no necesariamente sentirse plena, de haber logrado cosas, pero aun así estarte preguntando: ¿esto es todo lo que la vida tiene para mí?
Hoy voy a decirte algo que puede cambiar tu manera de verte a ti misma. Escúchame bien, no importa la etapa en la que tú estés. Dios sigue escribiendo capítulos extraordinarios acerca de tu vida. Yo quiero en el día de hoy que tú hagas una pausa y que tú te imagines, y que tú tuvieras en tus manos las herramientas para redescubrir tu identidad, tu pasión, tu propósito, sin importar la edad que tengas.
Hoy quiero hablar esas mujeres que están en sus 30, en sus 50 en sus 70, te das cuenta del poder que tiene este pensamiento, a veces creemos que ese tiempo de florecer como que ya paso, que lo que fuimos es lo mejor que vamos a poder ser en toda nuestra vida, pero yo estoy aquí hoy para decirte que eso no es así, en este episodio te voy a revelar algo poderoso, te voy a enseñar como cada década de tu vida tiene una revelación única que puede transformar tu perspectiva de ti misma.
Vamos a explorar juntas lo que se necesita contribuir a tu identidad, esas mujeres que están ahí en sus 30, lo que significa redescubrir tu propósito, las que están como yo en los 50 y lo que significa renacer en tu llamado para las que están un poquito más adelantadas, me refiero a las que están en sus 70. Yo te prometo que después de escuchar este episodio, tú no vas a volver a ver tu vida de la misma manera, porque vamos a entrar hoy en este tema de revelaciones para mujeres de 30, 50 y 70.
¿Conoces tú como mujer qué a los 50 ya tienes experiencia, tienes sabiduría, y fortaleza? ¿Te has sentido alguna vez que a los 30, no sabes si estás ni en la juventud ni en la madurez? ¿Sabías tú que la madurez no es resignación, la madurez es redescubre? ¿Me creerías si te dijera que el propósito no está acondicionado a la juventud o la energía física, sino a la disposición del corazón? ¿Sabías tú que Dios no esté esperando que tú llegues perfecta a esta década de los 30?
¿Te has preguntado si tienes la capacidad de responder con toda seguridad estas preguntas? Me gustaría leer tus respuestas a estas preguntas, en la caja de comentario.
Terminando con lo anterior, continuemos nuestra lectura.
Quiero empezar hablando en el día de hoy acerca de la revelación de la identidad en construcción, hay algo bien poderoso que sucede cuando estamos en esos 30 esos 30, 31 la vida parece que está en un punto medio entre lo que es la juventud y lo que es la madurez, pero a la vez todo parece estar como en construcción, la carrera profesional, aún está tomando forma, la familia todavía se está estableciendo y la identidad ¡Ay! La identidad buena es así como que sigue siendo un enigma en muchos momentos de nuestra vida.
Ahí es donde muchas veces caemos en la trampa de pensar que deberíamos tenerlo todo claro, todo resuelto, todo bajo control, pero entrecomilla, te digo esta edad de los 30, no tenemos una respuesta firme: la pregunta ¿quién soy? Nos sentimos a veces incompletas, pero sabes que Dios no está esperando que sea perfecta a esta década de tu vida. Él está trabajando en ti mientras tú vas avanzando. Tú no estás incompleta por no tener todo resuelto en tu vida, tú estás en construcción y el arquitecto es Dios.
1. Quiero que veas el poder de la imperfección en el proceso.
La biblia nos muestra una revelación poderosa sobre esto cuando lees Jeremías 18:6 “Como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros en mis manos”, no sé si te das cuenta de eso especifico que tú le prestes atención, el barro no llega perfecto al torno, se va formando mientras el alfarero trabaja ahí en él, así que no te juzgues por lo que aún no has alcanzado, él moldea tu carácter a lo largo de tu camino.
Dios no está esperando que tú llegues perfecta a esta década de los 30, sino que está trabajando en ti mientras tú vas avanzando. ¿Sabes cuál es el error más común de las mujeres que están por ahí en los 30? Medir el valor personal en función de sus logros acumulados, creemos que no han alcanzado ciertos hitos. Mira eso, constructor de la sociedad de nuestra familia, o nuestro mismo, por ejemplo, la casa propia, el puesto de trabajo soñado, ahí la familia perfecta. Entonces pensamos que no estamos siendo exitosas hasta que el valor no está nunca en lo que tú tienes y ustedes saben que hablamos ampliamente en mi libro, mujer, valórate, sino en lo que quieres mientras Dios está muestreando en ese lugar.
2. Quiero que hablemos de ese mito éxito prematuro.
La sociedad nos quiere hacer pensar que a los 30 ¡Ay! Ya tú, deberías tener tu vida totalmente estructurada, todo tiene que estar perfecto, tú tienes que saber perfectamente lo que tú quieres y para donde tú vas, pero lo que nadie te dice es que esta década sigue siendo un laboratorio donde aún estás descubriendo tus talentos, tus pasiones y tus propósitos.
Aquí viene una verdad incómoda, intentar ser perfecta a los 30 años es como pretender que un árbol joven de frutos maduros, sin haber echado esas raíces profundas que necesitan para que ese fruto madure, Dios no tiene prisa, él trabaja en tu proceso, el mismo Jesús que no comenzó en su ministerio hasta que justamente, ¿sabes a qué edad? Los 30, después de años de preparación y crecimiento, él no va a pretender que estés lista a esa edad.
No te apresures, tu vida está en construcción y eso está bien, no está nada malo con eso, ¿qué yo te propongo en el día de hoy? Yo te propongo que en el lugar de presionarte por tenerlo todo resuelto, te permita vivir cada etapa de tu vida con curiosidad, con apertura, si dejas de criticarte por lo que aún no has logrado, y empiezas a celebrar lo que estás aprendiendo en este proceso, yo te garantizo que tu vida es diferente, cuánta paz tú vas a encontrar en saber que tu identidad no está definida por un “checklist” de logro. Ah, si no por el diseño perfecto que Dios tiene para ti, si el miedo a equivocarte te paraliza, sabes qué estás dándole más poder al error que al propósito que Dios tiene para ti.
Así que la próxima vez que tú te sientas, insuficiente, por no tener las respuestas claras, yo creo que tú recuerdes esto: tú estás siendo formada, los 30, eres joven, hay muchas cosas que todavía no has descubierto, está siendo moldeada, tú estás en construcción y eso es parte del propósito. No tienes que ser perfecta, solo tienes que estar dispuesta a seguir aprendiendo y a seguir avanzando.
Al segundo grupo que yo quiero hablarle en este episodio, son las mujeres como yo, las que estamos en nuestros 50 y te quiero hablar acerca de la revelación del redescubrimiento personal: llegar a los 50, yo llegué a los 50. ¡Ah! Este año cumplo 52, ¿verdad? Ese llegar a los 50 se puede sentir claramente como una bifurcación en el camino. Por un lado, ya tienes experiencia, tienes sabiduría, fortaleza, pero, por otro, tienen esas preguntas existenciales.
¿Es todo lo que yo soy? ¿Hay algo más esperando por mí? Vida a esta edad es como sentir que ya se han pasado muchos objetivos, bendito Dios cuando tenemos verdad que ese sentido de logro, pero también hay metas que quedaron en el camino, aquí viene una revelación clave, los 50 no son el final de tu historia, son el capítulo donde redescubres lo que siempre estuvo frente de ti.
A los 50 llega el tiempo de redescubrir tu propósito, quiero que tú sepas que yo me encuentro en ese momento de mi vida, en estos días me van a hacer cosas nuevas y diferente y van a decir guao pastora, es que estoy en este momento de mi vida, donde llega el tiempo de redescubrir mi propósito y a esta edad sentimos que la rutina no ha robado nuestra esencia que lo que una vez fue un sueño se convirtió en un deber.
Permíteme decirte algo, los 50 son la oportunidad perfecta para redescubrir facetas ocultas que quedaron como que relegada por las responsabilidades que adquirimos a los 30 y 40, los hijos, el trabajo, la casa, pero ya a los 50 algunas de esas cositas están resueltas o ya tú las dominas con la mano izquierda o con un ojo vendado.
La biblia nos da una perspectiva hermosa acerca de esto, quiero citarte a Isaías 46:4 “Hasta la vejez yo mismo y a las canas os soportaré” no se sientan insultadas conmigo, Dios está diciendo en este verso que no importa cuantos años tú tengas, él sigue sosteniéndote, sigue viendo en ti una mujer capaz de florecer, impactar, de crear, el propósito no tiene fecha de expiración.
En algún momento nos pintaron que a los 50 ya eras vieja y que ya no había que hacer nada, ese mito que yo le llamo el mito de la inactividad, yo no sé si tú sabías uno de los mayores mitos des los 50, es que ya no hay espacios para nuevos comienzos y eso es falso, falso de toda falsedad, lo que muchos no saben es que a esta edad el cerebro está en una etapa donde la sabiduría adquirida permite tomar decisiones más acertadas y menos impulsivas.
La neurociencia nos enseña que el cerebro madura con los años, lo que significa que tienes más herramientas para enfrentar los desafíos y también más herramientas para reinventarte, así que el enemigo que lo que quiere siempre es detenerte, el enemigo de esta etapa es el conformismo, muchas veces la sociedad intenta convencernos de que ya nada hay nuevo bajo el sol para nosotras y eso no es cierto, el mismo Dios que te guio en los primeros pasos, el Dios de los 20- 30- 40 que te va a hacer pensar que lo va a hacer diferente a los 50, ese mismo Dios ahora te invita a caminar, pero hacerlo con más firmeza.
No sé si alguna vez te has preguntado, ¿qué pasaría si tú tomaras un nuevo rumbo en tu vida? Si descubrieras una pasión que antes no te atreviste a explorar, la madurez no es resignación, la madurez es redescubre, yo una vez conocí a una mujer que, después de haber criado a sus hijos, ya tenía su casa vacía, pero también tenía un corazón inquieto y a los 52 años decidió aprender a pintar, algo que siempre había querido hacer toda su vida.
Le digo un secreto acerca de mí. También ustedes saben que yo amo la cocina y yo siempre pienso que en el momento en que yo me retire, yo me voy a meter como que, en una escuela de cocina, en un internado, una cosa así para aprender cosas de las cosas, porque me encanta. Yo siempre he pensado eso de mí, pero esta señora que conocí hizo eso, pero con la pintura en el día de hoy su cuadro está en la alegría y más allá del reconocimiento, ella dice que el haber vuelto a soñar, la hizo sentirse viva de nuevo.
Escúchame bien mujer estás en los 50, la pasión no se extingue, a veces solo necesita como que se la vives un poquito, así que con la mentalidad correcta a los 50, tú puedes experimentar un renacer y sobre todas cosas, mira, eso puede incluir hacer un renacer en tu legado, porque otra de las grandes revelaciones a los 50 es el impacto que tienes en los demás, que ya no está determinado solo por lo que tú haces, sino que también va a haber terminado por lo que tú eres.
Tus palabras a los 50 pesan más, tu ejemplo a los 50 resuenas más fuerte y tus experiencias a los 50 se convierte en un faro para las generaciones más jóvenes, Salmos 71:18 “Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, hasta que anuncie tu poder a la posteridad”
Esto no significa que tu legado no está completo y aún tienes mucho que contar, mucho que enseñar, mucho que compartir. No hay edad para dejar de sembrar lo que parece el ocaso, mira puede ser el inicio de tu temporada más fructífera, así que si tú estás como yo en la 50 plus hay concéntrate, amiga, en lugar de pensar que tu tiempo de florecer ya pasó, decide abrir espacio para nuevas oportunidades.
¿Qué pasaría si en lugar de decirte a ti misma que estoy tarde para esto, comenzarás a decirte este es mi tiempo, qué podrías crear? ¿Qué podrías? Que podrías transformar si hoy mismo tú decides redescubrirte, reinventarte, nunca es tarde para reinventarte cuando tu propósito sigues vivo. Así que la próxima vez que te sientas como en pausa, recuerda, estás en el umbral de un renacer, la experiencia es tu aliada, el propósito de Dios sigue estando vigente, así que atrévete a mirar hacia adelante con expectativa, porque lo mejor de ti está por verse.
Ahora. ¿Qué tengo que decirles hoy a esas mujeres que están en los 70? Qué ojo, Yo espero llegar ahí también la revelación del renacer en el propósito, eso es lo que quiero decirles a las mujeres de los 70, porque a los 70 muchas mujeres sienten que el sitio activo mira, se terminó, que ya han cumplido con todas sus responsabilidades familiares, con todas sus responsabilidades laborales, con todas sus responsabilidades espirituales. Sin embargo, la gran revelación que quiero compartirte hoy es esta: el propósito no tiene fecha de caducidad, y es que hay un poder cuando propósito y madurez se encuentran.
La sociedad te dice que después de cierta edad, ya no hay más nada que aportar, y mira, nada más lejos de la verdad. El mismo Dios que te acompañó en sus años de juventud sigue siendo tu fuerza en tus años de madurez. Salmos 92:14 “Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes” Este pasaje te habla de florecer con más fuerza, precisamente porque has acumulado experiencia, sabiduría y lecciones que solo el tiempo te puede dar, es decir que ninguna vecina puede sentir esa fuerza que tú puedes sentir a los 70.
Sabes qué es lo que a veces nos limita la idea de que nuestra energía física ya no es la misma y por eso pensamos que tampoco es nuestra capacidad de influir o de crear, pero escucha. Dios no cuenta los años, lo sabe, Dios cuenta los frutos, y cuando llegó a los 70, que una vez más yo espero llegar ahí, vamos a descubrir algo poderoso, yo lo llamo la fuerza de espíritu en la vejez.
En la Biblia encontramos a un Caleb, me encanta leer ese libro de Josué y ese espíritu que tenía Caleb en aquel momento a los 85 años, Caleb les dijo que estaba listo para conquistar la tierra prometida, tú lo puedas leer capítulo Josué 14:10-11 “Aún estoy tan fuerte como el día de que Moisés vendió cuál era mi fuerza entonces; tal es ahora para la guerra.
Tú te imaginas tener ese espíritu de conquista a los 70 a 80, los 90. ¿Menciono, ustedes saben que me gusta correr, que yo todo, mucho tiempo corrido, muchos amigos, verdad de mi juventud, y cuando tú corres por San Juan los sábados tempranito de la mañana, tú ves a ese grupito de señores mayores, yo digo que esa gente está en los 70 y los 80, y tú la vez juntos y siempre les cuento a mis amigos cuál es el sueño? 60-70-80 años con fuerza.
Fíjate a esa edad, no es porque el cuerpo este intacto, el tiempo pasa y pasa su factura, pero nuestro espíritu tiene que seguir encendido, y tu propósito también ¿por qué sabes qué? No existe tal cosa como la jubilación espiritual, tú puedes jubilarte de un trabajo, pero no del espíritu.
Es un gran error pensar que cuando tú llegues a tu rol es estar en la banca ahí viendo como otros sirven, viendo como otros emprenden, viendo como otros líderes, pero el llamado de Dios es diferente, la madurez espiritual, no para quedarse en reposo y para asumir un papel activo, como mentora, como guía, como apoyo de las nuevas generaciones, muchas veces lo que necesita no es encontrar algo nuevo que hacer, sino identificar en qué área te puede transmitir tu experiencia y tu sabiduría a esta edad.
A esta Edad Dios te llama a hacer un farol para todas las mujeres que están caminando, caminos que tú ya has recorrido. ¿Por qué quieres guardar las lecciones aprendidas? Cuando puedes compartirla, cuando puedes ayudar a otras a que no cometan los mismos errores, Yo conocí a una mujer que a los 72 años decidió comenzar a escribir devocionales para matrimonios para su comunidad y ella pensaba que ella no tenía nada nuevo que aportar, pero esos devocionales se convirtieron en una fuente de fortaleza para las mujeres más jóvenes que enfrentaba crisis en su matrimonio.
¿Sabes cuál fue el resultado? Su mensaje ha cruzado generaciones y se ha convertido en un legado espiritual que permanece hoy aún después de que esa mujer partió a morar con el señor, tu experiencia no debe guardarse, tu experiencia no tiene por qué estar en silencio, tu experiencia debe de convertirse en un legado y en tus 70 no caigas en la trampa de pensar, que ya tú diste lo mejor de ti.
Comienza a ver esta etapa como la oportunidad de compartir lo mejor de lo que tú ya has aprendido; Que tal si en lugar de esperar a que otros te pregunten tú decides voluntariamente a tomar la iniciativa de acompañar, de guiar, de levantar a otras mujeres más jóvenes, no importa cuánto tiempo hayas vivido, lo importante cuanto propósito aún tienes por delante, así que la próxima vez que te sientas sin relevancia por tu edad, recuerda que la sabiduría que llevas es un tesoro que necesita ser compartido.
Nunca dejes de soñar, porque el propósito de Dios sigue tan vivo en ti como siempre, no importa si tú estás en los 30-50-70 la verdad es que Dios no ha terminado contigo, cada década trae consigo sus desafíos únicos, peor también trae sus oportunidades novedosas para descubrir, redescubrir y renacer tu propósito.
No importa en la etapa que tú estés tu mejor versión aún está en proceso, y hoy yo te invito a reflexionar, estás permitiendo que tu edad defina tu impacto, pues si está lista para abrazar él llamando
de Dios con valentía, sin importar lo que diga el calendario, a veces creemos que ya dimos lo mejor de nosotras, pero el espíritu santo sigue susurrando, aún hay más para ti.
Yo quiero que tú salgas de este episodio con la convicción del que propósito no está acondicionado a la juventud o la energía física, sino a la disposición del corazón, Dios sigue escribiendo capítulo y que los extraordinarios en tu historia, esta semana toma un momento para hablar con Dios y dile aquí estoy, estoy lista para lo que tú tienes para mí, no importa si son nuevos comienzos, si son proyectos resucitados o si son sueños renovados avanza con expectativa.
No importa en que etapas te encuentres, levántate hoy con la convicción de que Dios aún tiene capítulos extraordinarios que escribir contigo.
Por último, me gustaría agradecer a todas esas mujeres, que decidieron invertir un par de minutos de su vida leyendo.