
Estamos a las puertas de uno de los tiempos más sagrados para nosotros los creyentes, me refiero a la semana mayor o la Semana Santa, estos días nos recuerda el mayor acto de amor de la historia.
Cuando Jesús la semilla más preciosa que el padre pudo entregar fue plantada en la tierra para traer redención a toda la humanidad, durante los últimos 20 años, nuestra iglesia fuente de agua viva en puerto rico ha compartido con cientos de miles de personas en toda Latinoamérica una revelación para este tiempo una enseñanza que mi esposo el Pastor Otoniel plasmo en su libro titulado la preciosa semilla y que ha transformado la manera en que entendemos el dar y el sembrar en el reino de Dios.
Hoy quiero compartir contigo esta poderosa revelación que ha desatado milagros financieros, sanidades restauraciones familiares, y tantas otras bendiciones y milagros, en la vida de quienes han aplicado este principio espiritual no es solo un mensaje para Semana Santa, es una clave divina para activar el poder de Dios en cualquier área de tu vida, donde hoy tú necesites un milagro.
¿Conoces tú cuál es la semilla más preciosa que el padre pudo entregar, fue plantada en la tierra para traer redención a toda la humanidad? ¿Alguna vez te has preguntado cómo Dios establece el valor que nosotros le entregamos a él? ¿Sabes tú que la verdadera clave es que cuando entregas lo más preciado para ti? ¿Me creerías si te dijera que Jesús fue la semilla más preciosa jamás plantada?
¿Te has preguntado si tienes la capacidad de responder con toda seguridad estas preguntas? Me gustaría leer tus respuestas a estas preguntas, en la caja de comentario.
Terminando con lo anterior, continuemos nuestra lectura.
Hoy quiero compartirte la preciosa semilla, es un libro que el pastor Otoniel público hace mucho tiempo y que hoy yo quiero regalarle a toda mi audiencia en PDF, puedes descargarlo hoy mismo es gratis y es superfácil, quiero que vayas a mi cuenta de Instagram y me envías una palabra directa con la palabra semilla, bien sencillo y lo te voy a enviar un enlace directo para que vayas a descargar el libro, no tienes que dar tu información, ni hacer absolutamente nada, este es nuestro regalo para ti en el día de hoy.
Alguna vez te has preguntado como Dios establece el valor que nosotros le entregamos a él, en Marcos 12, Jesús se sienta frente al arca de la ofrenda observando no cuanto daba cada persona, sino como lo daban, mientras los ricos echaban grandes cantidades, una viuda pobre hecho dos blancas y eso era todo lo que ella tenía para vivir.
Lo que capto la tensión de Jesús no fue la cantidad, como te dije, otros habían echado cantidades mucho mayores, sino lo que aquella ofrenda representaba para esta viuda, mientras otros daban de lo que les sobraban, ella dio de su propia necesidad, esta es la primera revelación poderosa de hoy.
Dios no se mueve por el valor de lo monetario de tu semilla, sino por cuanto valor tiene para ti lo que tú estás sembrando, cuando das algo que no te cuesta, que no te cuesta sacrificio, que simplemente no te sobra, esa semilla no tiene el mismo poder espiritual de cuando entregas algo que es verdaderamente preciado para ti.
1 Reyes 17, nos muestra otro ejemplo extraordinario con la viuda de Sarepta, en medio de una terrible sequía cuando el profeta Elías pide que le prepare una torta con lo último que ella tenía para ella y para su hijo, ella enfrentaba una decisión crítica, aquella harina y aceite eran literalmente era su última comida antes de morir, sin embargo, ella eligió sembrar lo más preciado que tenía en aquel momento el resultado fue milagroso.
Dice la Biblia que la harina de la tinaja no escaseo, ni el aceite de la vasija menguó. Conforme la palabra que Jehová habría dicho por Elías, la clave del milagro no estaba en la cantidad de harina ni de aceite, sino en que era lo más preciado para ella en aquel momento de crisis.
Marcos 14, encuentras otra mujer que entendió este principio, ella derramó un perfume de nardo puro sobre Jesús, un perfume valorado en más de 300 denarios que sabemos que era el salario de un año, mientras los discípulos criticaron ese desperdicio, Jesús entendió su acción diciendo, buena obra me ha hecho.
Esta mujer movió el corazón de Dios al entregarle lo más preciado que tenía, Abraham también experimento este principio cunado le dio a Dios lo que Dios le pidió a Isaac su hijo amado, en ese momento de extrema prueba Abraham no retuvo nada de Dios, ni siquiera lo más preciado de su vida, cuando estuvo dispuesto a entregar Isaac Dios juro por sí mismo en decirlo extraordinariamente.
El rey David lo entendió perfectamente, no ofreceré a Jehová mi Dios holocausto que no me cuesten nada, él sabía que una semilla que no representa sacrificio, que no es preciada para el que la da no tiene el mismo poder para mover la mano de Dios, en el Salmos 126:5-6 “Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segaran, irán andando y llorando el que lleva la preciosa semilla, más volverá a venir con regocijo trayendo sus cabillas”
Habla específicamente de la preciosa semilla, no cualquier semilla, sino aquella semilla que representa el verdadero valor para el que la siembra, incluso Jesús al enfrentar la cruz experimento tristeza cuan preciado era el sacrificio que estaba por hacer, cuando vas a Hebreo 12:2 “Por el gozo puesto delante de él, sufrió la cruz”
Cuando somos capaces de mirar más allá del sacrificio presente y ver la cosecha futura encontramos la fuerza para sembrar incluso con lágrimas, la verdadera clave es que cuando entregas lo más preciado para ti, tu conciencia se eleva a un nivel de fe, si no le retiene nada a Dios tu espíritu despierta a la realidad, de que Dios tampoco retendrá nada de ti.
Este principio ha desatado los milagros más grandes que hemos visto en nuestro ministerio durante más de 30 años.
Quiero hacerte una invitación especial a sembrar en el día de hoy. Mientras nos acercamos a la Semana Santa, quiero invitarte a participar en este poderoso principio espiritual que representa algo verdaderamente preciado para ti en este momento.
¿Qué semilla, si le entregas a Dios, demostrará tu fe absoluta en Dios? Esa es la semilla que quiero invitarte a sembrar esta semana, Semana Santa, la semana donde todos recordamos la semilla más poderosa que jamás ha sido sembrada.
Mi invitación principal es que siembres en tu iglesia, en el servicio especial de tu iglesia el Viernes Santo o el Domingo de Resurrección llegues con tu preciosa semilla y las pongas en las manos Dios para que se desate esos milagros en tu vida, pero si tú no tienes una iglesia, yo quiero invitarte a sembrar en nuestra iglesia, la iglesia fuente de agua viva en carolina donde estamos en medio de la construcción de nuestro nuevo templo, un lugar donde miles de personas encontrara sanidad, restauración y propósito.
Tu preciosa semilla sembrada en este templo, créeme, va a transformar generaciones futuras. Quiero invitarte a que vaya a www.fuvcarolina.org y busques esa sección donde dice semillas. Hay tienes toda la información para que puedas sembrar tu preciosa semilla en nuestro ministerio.
Quizás el monto que Dios ponga en tu corazón represente un sacrificio, algo que realmente te cueste, pero recuerda que cuando la semilla es preciada para ti, desata un poder sobre natural que ninguna otra semilla podrá activar.
Jesús entregó todo por ti, él fue la semilla más preciosa jamás plantada y hoy, 2000 mil años después, sigue dado fruto. Tu semilla también puede tener un impacto eterno. Creo contigo que, al llevar tu preciosa semilla, aunque sea con lágrimas, volverás con regocijo trayendo tus cabillas.
No tengo dudas de que este principio desatara milagros en tu vida, como los ha desatado nuestra vida y en la vida de miles de personas que han sembrado en esta fecha tan especial. Hoy declaro que está lista para experimentar el poder transformador de tu preciosa semilla.
Tu abundante cosecha te está esperando, oro contigo por un poderoso mover de Dios en tus finanzas, en tu familia, en tu salud y en cada área donde hoy necesites un milagro.
Por último, me gustaría agradecer a todas esas mujeres, que decidieron invertir un par de minutos de su vida leyendo.