
No sé si en algún momento de tu vida te has preguntado: ¿por qué tanto de nuestros esfuerzos terminan como abandonados en el camino? ¿Has empezado a hacer cosas que no has terminado? Hace algunos días yo tuve el privilegio de cerrar una series de mensajes de nuestra iglesia fuente de agua viva en SoundCloud, basada en Josué 1:9 “¡Esfuérzate y sé valiente!” Así mismo se llamaba la serie y mientras yo me preparaba para ese mensaje que me asignaron que se llamaba el valor del esfuerzo.
Dios me mostró una revelación tan poderosa que yo he cambiado todo mi itinerario que he querido compartir aquí en mujer podcast, para poder compartir con ustedes mi audiencia, esa revelación tan poderosa que yo sabía que tenía que compartir con ustedes.
Ustedes saben que vivimos en una cultura, y yo lo he mencionado muchas veces, que nos gustan los atajos, que buscamos esa gratificación instantánea, todo tiene que ser rápido, todo tiene que ser fácil, todo tiene que ser ahora, incluso nuestra espiritualidad también queremos que sea así, una oración rápida, una bendición inmediata, un milagro instantáneo y cuando no lo obtenemos que hacemos abandonamos nuestro esfuerzo y es ahí donde está el problema.
La mayoría de nosotras enfocamos nuestro esfuerzo en una meta en específica, perder esas quince libras, ahorrar esa cantidad de dinero, alcanzar esa promoción o esa posición en nuestro trabajo y luego una de esas dos cosas sucede, o alcanzamos a la meta y dejamos de esforzarnos, bajo las quince libras y ya dejo la dieta, dejo de hacer ejercicios y alimentarme correctamente, ahorro ese dinero y luego comienzo a gastar ese dinero como bota lata, termino con esa promoción que tanto quería y ya no me preparo más, ya no trabajo diligentemente, por qué, porque sentimos ese ya llegamos o no vemos los resultados y abandonamos también porque estamos desanimadas.
Ahora sí, te decía que ambas perspectivas pierden completamente el punto espiritual del esfuerzo y si el propósito divino del esfuerzo nunca hubiese sido principalmente sobre lo que alcanzamos o logramos, si no sobre quién nos convertimos en ese proceso en que pensaría tú.
Hoy vamos a explorar tres verdades espirituales del esfuerzo, que van a transformar no solamente como tú te esfuerzas, sino que van a transformar el porqué debes esforzarte, hoy quiero que verdaderamente te prepares para recibir una revelación que va a cambiar para siempre tu comprensión de ese término de esfuerzo como una herramienta que definitivamente va a transformar tu vida.
¿Conoces las verdades espirituales del esfuerzo? ¿Me creerías si te dijera que todo esfuerzo tiene su recompensa? ¿Has notado alguna vez cambios positivos por tus esfuerzos? ¿Sabes tú que eres un testimonio para las generaciones que van a venir después de ti? ¿Conoces tú que el objetivo del esfuerzo no es para el resultado, sino para la persona en quien te conviertes? ¿Me creerías si te dijera que el esfuerzo no está en la cosecha visible, sino en la semilla eterna que estás plantando?
¿Te has preguntado si tienes la capacidad de responder con toda seguridad estas preguntas? Me gustaría leer tus respuestas a estas preguntas, en la caja de comentario.
Terminando con lo anterior, continuemos nuestra lectura.
Verdad espiritual acerca del el esfuerzo.
º1 VER EL ESFUERZO COMO UNA INVERSIÓN ETERNA.
En la cultura obsesionada con los resultados inmediatos como te decía hace un ratito, existe una vereda revolucionaria que mucha gente yo diría que demasiada gente pasa por alto, el esfuerzo realizado para Dios nunca está vacío a propósito e incluso cuando nosotros no vemos el resultado tangible, el apóstol Pablo nos enseña este principio Primera de Corintio 15:58 “Por tantos mis amados estad firmes y constantes creciendo en la obra del señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el señor no es en vano”
Cuando tú buscas en los originales, una palabra griega que Pablo utiliza para ese en vano es la palabra KENOO que literalmente significa vacío o sin contenido real, Pablo nos está revelando algo que me parece que es extraordinario que nunca podemos perder de vista, en la economía de Dios ningún esfuerzo dedicado a él a Dios, a su palabra, a su propósito queda vacío o sin significado.
Este concepto a mí me impacto profundamente cuando comencé a llevar a mis hijas al gimnasio conmigo a las 6 de la mañana y ya llevamos bastante tiempo practicando este hábito y cuando comenzamos, mis hijas son como todas las adolescentes no hacen ninguna diferencia el hecho de que tengan padres pastores, de que tengan una educación cristiana, todos los jóvenes, los adolescentes en su naturaleza son iguales, las mías al principio protestaron, se quejaron de la hora, porque tenían que hacer ejercicios, pero día tras días con mucho amor y con firmeza yo mantuve esa rutina.
El año pasado mi esposo y yo tomamos 30 días de vacaciones por causa de nuestro 30 aniversario cosa que ha pasado una sola vez y ya les había comentado esto en algún otro podcast, mis hijas no quisieron acompañarnos ninguno de esos días, quisieron darnos ese regalo que mi esposo y yo nos fuéramos solitos.
Cuando yo regrese de esos 30 días sin ver a mis hijas que hoy tienen 14 y 16 años para que tengan un contexto de qué edad estamos hablando una de las primeras cosas que me dijeron literal; ay mamá extrañamos tanto de ir al gimnasio contigo por la mañana y yo me quede en shock, porque, porque lo que comenzó con un esfuerzo a mí me parecía muchas veces hasta infructuoso porque estaba lleno de quejas, lleno de resistencia ya se había transformado silenciosamente en un vínculo precioso entre nosotras.
Tú tienes que entender que todo esfuerzo es espiritual y cuando tú haces un esfuerzo con un propósito funciona como el agua en el desierto, no siempre ves a dónde vas, pero nada de lo cae en ese desierto se desperdicia, ya sea que se filtre a las profundidades para alimentar raíces invisibles o que se evapore para formar nubes que lo llevaran a otro lugar, cada gota que se vierte en un desierto cumple un propósito en el ecosistema divino.
Esta perspectiva cambia la manera en porque nos esforzamos, en el mundo el esfuerzo siempre se mide por los resultados tangibles, el ir al gimnasio para mis hijas se pudo haber medido en cuánto has bajado de peso, cuántos músculos has formado, cuánto ha cambiado tú por ciento de grasa estos son resultados tangibles, pero mi objetivo no es ese, es crear ese hábito en las, es crear esa rutina indispensable para disfrutar de buena salud.
Los hábitos tangibles que pueden ser un ascenso, un logro, un premio, en el mundo siempre el esfuerzo se mide por ese hábito, peor tienen que entender que en el reino de Dios el esfuerzo se mide por su valor eterno no por los resultados temporales Oseas 10:12 “sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia”
Este versículo utiliza la metáfora de la agricultura para ilustrar una verdad profunda, existe un tiempo de siembra que es lo que llamamos el esfuerzo que precede al tiempo de la cosecha, que es lo que llamamos esos resultados, observa algo fascinante el versículo no garantiza que la cosecha llegara inmediatamente después de la siembra como es en el mundo natural cada vez que sembramos algo o cada vez que hacemos un esfuerzo.
El versículo menciona la preparación del terreno como una parte integral del proceso, la espiritualidad instantánea es como cocinar en el microondas conveniente, pero nunca con la profundidad del sabor que viene de un fuego lento de algo que está hecho a la leña esos sabores se mezclan tan delicioso.
El esfuerzo sostenido es ese fuego lento que permite que los sabores se desarrollen completamente cambiando no solo el resultado final, sino la naturaleza misma de los ingredientes, cuando les he mencionado en otros podcast yo amo como se combina los sabores, cuando cocinamos con el fuego, con la candela en nuestras estufas, no es igual que algo que tú calientas en el microondas, eso yo no lo voy a discutir con nadie.
Te cuento que quizás he mencionado muchas veces, desde que yo tenía 13 años yo he mantenido la disciplina de oración a las 4 de la madrugada, son ya casi 40 años de levantarme cada día cuando la mayoría del mundo duerme, pero para que para encontrarme con Dios y yo puedo decirte cuantas veces han sucedido cosas en mi vida que yo catalogo milagros, milagros que ocurrieron honestamente en momentos específicos.
Cuando yo pienso Dios mío de dónde puedo salir esto y a verdad es que la única manera que yo puedo testificar es que esos tiempos de esfuerzos acumulados consistentes han forjado no solamente este destino, sino una capacidad misma para poder discernir la voz de Dios en momento específico quien solo se esfuerza con lo que pueden ver inmediatamente está comerciando con monedas que van a perder valor.
Quien se esfuerza por lo eterno la oración, la buena salud, la lectura de la palabra, el crecer y fortalecer los lazos familiares y trabajar en el matrimonio, el invertir o vestirte en la vida de tus hijos, quien se esfuerza por las cosas que son eternas invierte en una divisa que solo aumenta con el tiempo.
Piensa en María de Betania quien derramo ese perfume valorado por el salario de un año sobre los pies de Jesús, los discípulos cuando vieron eso dijeron ay que desperdicio, para que este desperdicio, esto se podría haber vendido por un gran precio y se les podría ver dado a los pobres; eso lo puedes ver en Mateo 26:8-9.
Desde una perspectiva seguramente práctica y orientada a resultados, tenían razón, peor Jesús vio más allá y qué fue lo que dijo Jesús. De cierto os digo que, donde quiera que se predique este evangelio en el mundo, también se contará lo que esta mujer ha hecho para memoria de ella.
Qué esfuerzo tú estás realizando que hoy parece no tener resultados visibles, es una oración por un hijo que quizás esta rebelde, un acto de servicio que nadie reconoce, una disciplina espiritual que parece que no está dando frutos inmediatos, quiero que me escribas cuál es esa área donde tú te estás esforzando hoy sin ver resultados y créeme que yo voy a orar contigo y te voy a poner en los comentarios que estuve orando y poniéndome de acuerdo contigo.
Ahora, imagínate si tú pudieras ver la realidad espiritual completa de estas situaciones sobre las cuales tú estás trabajando y no ves resultados, a qué me refiero, a esa oración, a ese acto de servicio, a ese esfuerzo fiel que estás sembrando en el área que sea que tú estás sembrando una semilla eterna, escúchame bien, no solamente esa semilla florecerán, sino que permanecerán para la eternidad.
Tu perspectiva cambia radicalmente cuando lo ves de esa manera, hoy yo te invito a re contextualizar tus esfuerzos, no te pregunte esto está funcionando, sino que pregúntate estoy siendo fiel en esto, porque en la economía de Dios la fidelidad precede a la fructificación y ningún esfuerzo realizado para Dios jamás va a quedar vacío de propósito.
º2 VER EL ESFUERZO COMO EL FORJADOR DE NUESTRO CARÁCTER.
Al principio te hice una pregunta que iba en esa dirección, que tal si el objetivo del esfuerzo no es para el resultado, sino para la persona en quien te conviertes, la verdad mi comprensión de lo que es el esfuerzo cambio totalmente cuando entendí que el propósito principal del esfuerzo espiritual no es cambiar nuestras circunstancias, sino transformar nuestro carácter.
Romanos 5:3-4 “Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza” cuando buscas esa palabra griega tribulación es la palabra THLIPSIS que literalmente significa presión o aplastamiento es la misma palabra que se usaba para describir el proceso de prensar uvas para extraer su jugo, piénsalo las uvas deben de ser aplastadas, presionada para poder liberar lo mejor de ellas que está adentro.
El esfuerzo sostenido es como la presión que convierte el carbón en un diamante no añade nada nuevo solo revela y solidifica lo que ya está ahí en potencia, yo recientemente estuve reflexionando sobre esa disciplina que yo he tenido desde los 12 años de hacer ejercicios a diario como saben yo voy al gimnasio religiosamente desde las 6 de la mañana 6 días a la semana y al principio lo hacía simplemente por los resultados fiscos, la salud, la energía, la apariencia.
Algo inesperado ocurrió en todo este caminar de todos estos años, 38 años haciendo ejercicios consistentemente, descubrí que el valor más profundo en esta rutina no estaba en cómo se transformaba mi cuerpo, sino en cómo se forjó mi carácter, la persona que yo soy en el día de hoy se lo debo a que desde muy joven a los 12 años comencé hacer ejercicios, a los 13 años comencé a orar de madrugada y esas disciplina consistente que mantuve contra viento y marea.
Esa disciplina de salir tempranito de mi casa, igual que todo el mundo me quiero quedar durmiendo, de esa disciplina de empujar mis límites cuando mis músculos dicen ya no más, estás muy cansado, te acostaste muy tarde, esa disciplina de mantener esa consistencia cuando la motivación flaquea, porque yo no estoy motivada todos los días, todo eso ha desarrollado una fortaleza interior que se manifiesta en todos los demás aspectos de mi vida.
A mis hijas desde muy pequeña desde adolescentes yo he inculcado las disciplinas de oración, lectura de la palabra, estudio, leer libros en esta casa es indispensable, las he enseñado hablar más de un idioma, yo hablo tres idiomas, la mayoría de mis hijas hablan tres idiomas, todas esas disciplina que yo he inculcado, las he hecho por la persona en la que te convierte, el carácter que construye en ti.
Nahúm 1:7 “Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce en los que en él confían” esta palabra conoce es la palabra ya da que explica un conocimiento íntimo, un conocimiento experiencial, es como las expresiones de la vida crearan un contexto donde Dios puede conocernos y nosotros podemos conocer Dios de uno amanera profunda, de una manera personal.
El esfuerzo sostenido es un espejo de alta definición para tu alma, revelación claridad perfecta lo que realmente hay en tu corazón y esto recuerda a un principio de la gemología; que yo descubrí recientemente, no sé si tú sabías que so diamantes naturales se forman aproximadamente a cien millas bajo la superficie de la tierra por qué, porque es ahí donde la presión es de casi 725 mil libras por pulgadas cuadradas y la temperatura supera a los dos mil grados Fahrenheit.
Bajo esas condiciones tan extremas, el carbono se transforma en una de las sustancias más duras y brillantes del mundo, de manera similar cuando pasamos presiones en nuestra vida, esos momentos de esfuerzos extremos, esos momentos que requieren ese esfuerzo sostenido, no están diseñadas para destruirnos la verdad, sino para transformarnos y yo he notado algo intrigante en mis tiempos diarios de oración a las cuatro de la mañana.
Me he levantado consistentemente para encontrarme con Dios y yo les confieso algo, no siempre siento algo extraordinario en mis tiempos de oración, hay días que mi mente divaga, hay días en el que el sueño me pesa, hay días que parece que solo estoy cumpliendo con mi rutina, pero he descubierto que el valor verdadero de esta disciplina no está en las experiencias emocionales que si he tenido en algunos momentos, sino en cómo ha formado mi carácter a lo largo de estas casi cuatro décadas.
La capacidad de levantarme cuando yo no tengo ganas, de buscar a Dios cuando no siento su presencia de permanecer fiel, cuando no veo resultados inmediatos, todo eso ha desarrollado en mí una constancia que permea cada área de mi vida y el propósito divino del esfuerzo no es hacer que las cosas sean más fáciles, sino hacernos a nosotros más fuertes, no es acerca de cambiar nuestras circunstancias, sino de transformarnos desde adentro de nuestros corazones, esto transforma completamente nuestras perspectivas sobre el esfuerzo.
En vez de ver el esfuerzo principalmente como un medio para lograr un fin, podemos verlo como una herramienta divina para nuestra transformación interna, 1 Samuel 16:7 “No mires su parecer, ni lo grande de su estatura, porque yo lo he desechado; Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de tus ojos, pero Jehová el corazón”
Dios está más interesado en quien tú llegas hacer, que lo que estás logrando externamente, recientemente leí un estudio neurológico fascinante sobre como el esfuerzo sostenido literalmente reconfigura nuestro cerebro, se descubrió que cuando persistimos a través de dificultades nuestro cerebro desarrolla nuevas conexiones neuronales que fortalecen nuestra resiliencia.
Lo que los científicos están descubriendo ahora, Dios lo ha sabido siempre, el esfuerzo constante nos transforma desde adentro, así que la próxima vez que tú te encuentres en medio de un esfuerzo que parece que no da resultados inmediatos pregúntate qué está revelando este esfuerzo sobre mi carácter, qué aspectos de mi corazón están saliendo la superficie, que cualidades está Dios desarrollando en mí a través de este proceso.
Imagínate si tú pudieras ver cada esfuerzo sostenido, no como una tarea para hacer, sino como una invitación para convertirte, para transformarte más profundamente a la imagen de Cristo. Esta perspectiva cambia radicalmente no solo cómo te esfuerzas, sino porque te esfuerzas.
º3 VER EL ESFUERZO COMO UN TESTIMONIO VISIBLE.
Cuando entendemos las dos primeras verdades espirituales del esfuerzo, llegamos a esta tercera dimensión que transforma no solamente nuestra vida, sino la vida de quienes nos rodean, el esfuerzo como un testimonio vivo.
Mateo 5:16 “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro padre que está en los cielos” La palabra griega para obra es la palabra erga, que implica esfuerzo continuo, no significa acciones aisladas, asea no se trata de pelear hoy con la sabana para levantarme a la 4 de la mañana, o ir al GYM a las 6 de la mañana, o ir a la iglesia el domingo, es hacerlo consistentemente.
Jesús está hablando de un patrón de vida caracterizado por un esfuerzo diligente y constante que testifica de la realidad de nuestra fe, el esfuerzo consistente, es como una catedral construida piedra a piedra, cada acción individual puede parecer pequeña, pero el patrón completo revela una gloria que señala al cielo.
Proverbios 31:18 “Ve que van bien sus negocios, su lámpara no se apaga de noche” y esa palabra hebrea que implica discernimiento, implica percepción no solo esa mujer está trabajando duro, sino que está trabajando con propósito, está trabajando con visión y su esfuerzo consistente, simbolizado por esa lámpara que no se apaga, se convierte en un testimonio visible de su carácter.
Tu esfuerzo sostenido es como tinta invisible que solo se revela con el calor del tiempo, escribe mensaje que las futuras generaciones van a leer cuando tú ya no estés en esta tierra. Esta dimensión del esfuerzo como testimonio visible opera en tres áreas claves.
º1 la integridad de lo cotidiano; cuando te esfuerza consistentemente por vivir con integridad, incluso en las pequeñas decisiones que nadie ve, estás construyendo un testimonio acumulativo que eventualmente nadie lo va a poder ignorar.
Hace poco experimenté algo que me hizo reflexionar sobre eso, durante años he mantenido la disciplina de estructural sistemáticamente en todas las áreas de mi vida, yo soy superorganizada los horarios, las finanzas, las tareas administrativas, como emprendedora yo te confieso que estas tareas estructuradas no son las más que me emocionan, leer correos electrónicos, responder correos electrónicos, archivar documentos, pagar facturas, cosas que tengo que hacer consistentemente.
Yo me he sentido tentada a procrastinar algunas de estas cosas; sin embargo, me he esforzado por ser consistente en esta área, no porque disfrute llenando formularios, o siguiendo procedimientos, sino porque entiendo que la consistencia en lo pequeño establece un fundamento para la integridad de lo grande.
Piensa en esas cosas que dejas de lado y que no haces y que se van acumulando y que te siguen molestando aquí. Si aprendieras a hacerlo consistentemente, estás sembrando el fundamento para la integridad de las cosas grandes.
Hace unos cuantos años, bastantes años mi esposo y yo recibimos una auditoria inesperada algo maravilloso sucedió durante esa auditoría por mi consistencia de mantener todos mis documentos en orden todo el tiempo, yo pude entregar todo lo que me pidieron, estoy hablando un paquete de papeles así de grande de inmediato y las personas que auditaron nuestros documentos, nuestras finanzas después de revisar meticulosamente nuestros registros no encontraron ni un solo señalamiento.
Lo que se hace con esfuerzo tedioso, aparentemente insignificante, se convierte en un testimonio poderoso que otras personas pueden respetar.
º2 La perseverancia frente los obstáculos; cuando tú sigues esforzándote a pesar de los fracasos, de las críticas, de las dificultades, tu persistencia testifica de una esperanza que trasciende nuestras circunstancias,
Habacuc 3:17-19 “Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no de mantenimiento, Cuando las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vaca en los corrales; con todo yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová, el señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como las ciervas y mis alturas me hace andar”
Esa declaración del profeta Habacuc revela esto, cuando nos esforzamos para mantener la fe y la alabanza e incluso cuando todo parece estar fallando nuestro esfuerzo se convierte en un testimonio sobrenatural que incluso nosotros mismos no podemos explicar completamente, el esfuerzo sostenido en tiempo de adversidad es como un faro en la tormenta brilla más intensamente precisamente cuando las circunstancias son más oscuras.
º3 Servicio desinteresado; cuando te esfuerzas consistentemente por servir a otros sin buscar reconocimientos tú creas un carácter radical con la cultura autopromoción que nos rodea a todos, Filipense 2:3-4 “Nada hagáis por contienda o vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada a uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”
Este principio de esfuerzo desinteresado son profundamente contraculturales en un mundo obsesionado por la visibilidad y el reconocimiento inmediato; sin embargo, es precisamente este tipo de esfuerzos consistentes y desinteresados lo que produce los testimonios más poderosos.
Recientemente, yo observé a mi hija la más pequeña de mis hijas, ella tiene 14 años de edad y yo la veía en mi cocina preparando meticulosamente unos platos para nuestra comida los sábados específicamente Jillianne y yo preparamos una comida especial para todos aquí en la casa, lo que me impacto sabes que fue, no fue el resultado final que tengo que decir Jillianne cocina delicioso, pero lo que me impacto fue el cuidado y la atención que ella puso en cada detalle cuando ella estaba pensado que nadie la estaba mirando
Mi hija no estaba cocinando para Instagram, ella estaba cocinando con amor, estaba cocinando con esfuerzo desinteresada para la familia, ese esfuerzo desinteresado comunico más sobre su carácter que cualquier publicación perfectamente filtrada pudo haber hecho en cualquier red social, así que pregúntate qué historia está contando tu esfuerzo hoy, habla del sacrificio momentáneo, o habla de fidelidad sostenida, de búsqueda de reconocimiento o de servicio desinteresado, de adherencia de moda pasajera o de un compromiso con valores eternos.
Imagina el impacto acumulativo de una vida caracterizada por esfuerzo consistente que testifica del carácter de Cristo, tu esfuerzo fiel semana tras semana, día tras día, año tras año, se convierte en un monumento viviente que señalan a otros hacia Dios mucho después que tus palabras sean olvidadas.
Hoy te he compartido tres verdades espirituales del esfuerzo, tres verdades que transforman completamente nuestra comprensión, el esfuerzo como esa inversión eterna, el esfuerzo como forjador de nuestro carácter y el esfuerzo como testimonio visible, estas verdades nos libera de los extremos que a menudo nos atrapan, esforzarnos frenéticamente con resultados inmediatos o abandonar el esfuerzo cuando no vemos frutos visibles.
La sabiduría divina del esfuerzo es como aprender a navegar en vela, no se trata de controlar el viento, sino de alinear tus velas con el viento para llegar al destino que el poder humano nunca podría alcanzar por sí solo.
2 Corintios 15:7 “Pero esforzados vosotros, y no desfallezcan vuestras manos, pues hay recompensa para vuestra obra” la próxima vez que te encuentres en medio de un esfuerzo que parece no dar frutos recuerda que el valor más profundo de tu esfuerzo no está en lo que logras, sino en quien te conviertes a través de ese proceso.
No está en la cosecha visible, sino en la semilla eterna que estás plantando y no está en el aplauso inmediato, sino en el testimonio duradero que estás construyendo, el esfuerzo sostenido es como la oración de justo nunca sube vacía al cielo, ni regresa vacía a la tierra, siempre cumple el propósito divino para el cual fue enviada.
Qué esfuerzo estás evitando hoy porque no ves resultados inmediatos sin darte cuenta de que podrías ser el vehículo que Dios quiere usar para transformar tu carácter impactar a otros y generar un fruto eterno, recuerda el valor de tu esfuerzo nuca se mide principalmente por lo que logras, sino por quien te conviertes en el proceso y esa transformación no es solamente para ti, es un regalo para todos los que tu vida toca.
Tú eres un testimonio para las generaciones que van a venir después de ti, que seas una mujer que se esfuerza no por acumular logros temporales, sino no por edificar un legado eterno.
Por último, me gustaría agradecer a todas esas mujeres, que decidieron invertir un par de minutos de su vida leyendo.