
Hay días que nuestra fe se encuentra cono si fuera un vestido de gala y a mí me encantan los vestidos de gala, que tú lo tienes guardado en el closet, es hermoso, es elegante, pero no lo usas, lo miras, pero no lo sacas a pasear, porque en la rutina de resolver, de limpiar, de correr, de planificar, te convence este pensamiento silencioso, este no es el momento, no lo tienes que usar ahora, espera un poquito más.
La fe que no se usa se enfría y la que se enfría se olvida, y ese olvido no ocurre así de golpe de la noche a la mañana, ocurre como un goteo invisible, cuando dejas de dar el paso, cuando dejas de creer que puedes caminar, ahí es cuando se olvida uno de usar la fe, cuando oras, peor no actúas, cuando dices yo confié en Dios, pero vives como si estuvieras sola.
Por eso este episodio es un episodio más, no es un mensajito de la pastora Omayra, NO, este episodio es una sacudida, es un llamando a desempolvar tu fe, a ponerla en movimiento, yo te voy a mostrar lo que nadie te ha explicado, porque muchas de tus oraciones no se cumplen, y no es por falta del poder divino, no, es por la ausencia de tus pasos, es por la ausencia de tus acciones.
Aquí vas a entender como reconfigurar esa mente, esos pensamientos para que camines al ritmo de tu fe, te voy a dar tres llaves bíblicas, que no solo abren los cielos, sino que activan caminos, espero que tú estés lista para dejar de creer así bonito y comenzar a caminar con autoridad; este episodio se titula la fe en acción para transformar tu vida.
¿Conoces tú que tu fe no necesita más promesa, tu fe necesita que la pongas en práctica? ¿Sabías tú que la fe que no se usa se enfría, y la que se enfría se olvida? ¿Me creerías si te dijera que La ínsula está relacionada con el miedo anticipado, por eso dar pasos de fe muchas veces nos hace sentir físicamente inseguros? ¿Sabías tú que la fe real es una llama viva que quema lo viejo para que lo nuevo pueda salir?
¿Te has preguntado si tienes la capacidad de responder con toda seguridad estas preguntas? Me gustaría leer tus respuestas a estas preguntas, en la caja de comentario.
Terminando con lo anterior, continuemos nuestra lectura.
Fe no es esperar, fe es activar, es que esta idea bien bonita, pero puede ser peligrosa que muchas de nosotras hemos abrazado sin darnos cuenta, ¿sabes cuál es esa idea? Que tener fe es simplemente esperar, cuando lees la definición en Hebreo 11:1 “Es la certeza de lo que se espera, la fe de lo que no se ve” esa palabra espera se hace más real de lo que verdaderamente es la fe.
La fe madura es la que sabe aguantar, resistir y sabe quedarse quieta, aunque hay momentos donde Dios nos llama a quietud, muchas veces ese esperar se convierte en la excusa perfecta para tener una pasividad espiritual, como para no tener que hacer nada, la fe que no toma acción no está en reposo, ¿sabes como esta? La fe que no toma acción en realidad está en coma.
Santiago 2:17 “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” la palabra que se usa para muerta es la palabra NeKros, que se Nekros, en el griego original esa es la palabra Nekros y no significa simplemente que está dormida; significa que está sin vida, sin función, sin poder, aquí viene un golpe suavecito que te quiero dar en el día de hoy, pero bien certero.
Tu fe no necesita más promesa, tu fe necesita que la pongas en práctica, si tú estás creyendo por fe demuéstralo, no es que no crees, es que dejaste de caminar como quien, si cree, tu fe necesita obras porque Dios depende de ti para actuar, sino porque Dios diseño la fe para producir frutos cuando se expresa en pasos concretos piensa en eso.
El sistema de activación reticular en nuestro cerebro solo pone atención sostenida aquello que tú accionas, si dices que crees, pero no actúas tu propio cerebro filtra esa creencia como si fuera irrelevante, y que es lo que pasa entonces que empiezas a dudar de Dios, no porque Dios te fallo, sino porque tu cerebro nunca registro una fe como que sí estaba activada o encendida.
Hay promesas que tú has leído, hay promesas que tú has orado, hay promesas que tú has hasta anotado, pero como no has accionado, este es tu momento. No esperes sentir la fe para tu moverte, muévete y vas a ver cómo la fe sigue tus pasos.
La fe no es gasolina para esperar, la fe es un motor para avanzar, así que acostúmbrate a acompañar tu fe con acciones, aunque sean acciones pequeñas, ¿por qué? Porque en lugar de tú quedarte esperando, tú tienes que comenzar a dar esos pasos que Dios te dijo que tenías que comenzar a dar. En lugar de estar rogando por oportunidades, comienza a prepararte como si esas oportunidades y tuvieran que tocarte a tu puerta.
Lo segundo que quiero compartirte es que tu fe tiene que aprender a tomar decisiones, a decidir sin garantías, cuando en el año 2004 el pastor Otoniel y yo compramos esos pasajes para regresar a Puerto Rico, no teníamos casa, no teníamos salario, no teníamos ni siquiera un plan B solo teníamos una instrucción clara de Dios y una certeza que no venía del banco, no venía de las noticias, una certeza que venía del cielo y hoy puedo entender algo profundo.
Hay decisiones que parecen algo imprudente, hasta que el tiempo revela que fueron obediencia, mira que nos criticaron, en Orlando teníamos todo y eso era lo que nos decía todo el mundo, que como nos íbamos a ir de Orlando aquí ustedes tienen todo, la fe no se trata de tener garantía, se trata de responder con valentía, cuando lees Hebreo 11:8 “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció, para salir al lugar que había de recibir con herencia, y salió sin saber a dónde iba”
No sin orar, no sin pensar, pero si salió sin saber a dónde iba, esto tiene que confrontarte, porque muchas veces disfrazamos nuestras parálisis con espiritualidad, yo estoy esperando confirmación de parte de Dios, la verdad es que Dios ya te hablo y tú lo sabes, lo que estamos esperando es una garantía humana para obedecer una dirección divina y tú tienes que entender, aunque tu tengas una necesidad natural de certidumbre de que Señor yo necesito que tú me confirmes, necesito que tú me hables, cuando esa certidumbre no existe te activa una zona del cerebro que se llama; la ínsula.
La ínsula está relacionada con el miedo anticipado, por eso dar pasos de fe muchas veces nos hace sentir físicamente inseguros, pero aquí pasa algo fascínate cada vez que tú tomas una decisión valiente se fortalece tu corteza prefrontal, que es la misma zona que regula nuestro juicio, que regula nuestra intuición y que regula la visión a largo plazo.
Que es lo que te estoy tratando de decir, cada acto de fe auténtica no solamente cambia tu destino, sino que literalmente transforma tu cerebro, Dios no te da mapas, Dios te da una brújula espiritual que solo funciona cuando tú te estás moviendo, la gente quiere un mapa con el paso uno, paso dos, cuando Dios en realidad te da una brújula que te va dirigiendo ene le camino.
Yo también quisiera un mapa, hay momentos de mi vida que yo digo Señor si yo hubiese tenido un mapa o por lo menos un listado de pasos para seguir, pero hoy con madurez espiritual me conformo con que Dios me dé paz en el corazón y con que yo pueda seguir escuchar esa voz que me diga sigue para delante, así que si tú estás esperando tenerlo todo claro para comenzar a dar pasos de fe, tal vez estás esperando algo que Dios nunca te prometió que te iba a dar, porque Dios no te prometió control, Dios te prometió compañía, Dios no te prometió ruta detallada, Dios te prometió dirección en cada paso.
Así que camina con fe sin exigir garantía, simplemente obedécela, palabra de Dios. ¿Qué historias podrías comenzar a escribir en el día de hoy si simplemente obedecieras a su palabra, qué cadenas podrías romper en el día de hoy simplemente dando ese primer paso? Tu próximo milagro no necesita más oración, necesita tu primer paso, necesita tu primer movimiento.
Hoy quiero que entiendas que la fe es un circuito sin conexión, no hay descarga. Imagínate que tú te compras un celular nuevo, yo tengo mi teléfono por aquí, ven hasta que tú te compras un celular nuevo, última tecnología y la cámara de ensueño, no memoria infinita, el teléfono que todavía nadie tiene, el que no se le acaba la memoria lo sacas de la caja, pero nunca lo conectas a cargar.
¿Después de un rato tú dices ¡ay! esto no prende y ¿sabes qué? No prende porque no puede que esté defectuoso sino porque nunca fue enchufado. Nunca fue activado, nunca se le dio carga y así funciona, nuestra fe no se daña, pero se desconecta y si tú no la enchufas, pues le enchufe, es la acción que tú tienes que tomar.
Jesús lo explico de una manera sorprendente cando tú vas a Marco 11:22 “Por tanto os digo, que todo lo que pidáis orando, creer que lo recibiréis y os vendrá” este versículo no es simplemente para nosotros orar creyendo, en realidad es para recibir activamente lo que ya tú has pedido, la palabra griega usada para recibir es lambano, que no significa simplemente esperar que llegue, sino que significa tomar, significa apropiarse.
Jesús no está diciendo cree que va a pasar, Jesús está diciendo tómalo como que ya es tuyo y empieza a vivir como si ya lo tuvieras, yo espero que tu estés recibiendo esto y puedas entender la diferencia y si de repente, no se pastora estoy perdida con lo que estoy diciendo, retrocede, porque la fe no es solo pedirle algo a Dios, es posicionarte como si ya lo hubieses recibido.
Cuando tú actúas como si lo hubieras alcanzado algo, tu cerebro libera dopamina y aunque eso aún no haya ocurrido, esa dopamina se libera en tu cerebro porque el cerebro no distingue entre la realidad y la visualización con acción no sé si tú sabías eso y es por eso por lo que mujeres que comienzan a actuar como si ya fueran libre, comienzan a romper su cadera. Las mujeres que comienzan a actuar como si ya fueran próspera, comienzan a organizar sus finanzas. Mujeres que oran por restitución y envían un mensaje de reconciliación, aunque no haya respuesta, abren portales espirituales invisibles.
Una de las prácticas que más ha transformado mi vida es lo que lo llamo, fe simbólica en movimiento, que quiere decir eso, es decidir hacer algo pequeño, que representa algo grande, como abrir un espacio en tu agenda para algo que todavía no ha llegado, pero que tú sabes que Dios te lo va a dar.
Hay oraciones que no están retenidas en el cielo, sino que están retenidas por tu inacción, así que pienso hoy que tú puedes hacer como un acto simbólico de fe, será la limpieza, ese garaje para poner ese carro nuevo que está esperando, será comenzar a buscar información para ese país que tú quieres visitar como si fueras que te vas la semana que viene de viaje.
¿Será pedir la cita con esa persona con la que necesitas hablar para que se abra esa puerta y sea entregar ese documento? Que has alargado y no acabas de entregar, será poner una alarma para orar, será leer un libro, yo no sé, peor imagínate que cada oración tuya tuviera conectada a una acción congruente, que pasaría si tú dejaras de tratar tu fe como si fuera un sentimiento y lo trataras como un músculo que solo crece cuando tú lo usas.
La fe no te pide emoción, es que no lo siento, es que no lo veo, la fe te pide movimiento, porque entiende algo, la fe que no incomoda no transforma, si tu fe no te ha hecho sentir incómoda probablemente no la usando, probablemente la tienes apagada o probablemente la tienes en mute, y yo no te digo esto para acusarte ni para que te sientas mal. Yo lo digo para despertarte porque la fe real no es cómoda.
La fe real no es una colcha espiritual ahí que tú te abrazas con ella porque tengo frío, ¿no? La fe real es una llama viva que quema lo viejo para que lo nuevo pueda salir. Hay un pasaje en la Biblia que se cuenta en Hechos que siempre me encanta de verdades uno de esos versos que a veces pasan desapercibidos delante de nuestros ojos, hasta que lo lees con los ojos abiertos.
Hechos 14:22 “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” no cambies tu opinión acerca de mí, no digas, ay, pastor, ahora tú vas a ser profeta de calamidades, nada que ver, pero yo no sé si te diste cuenta de algo particular en ese verso, en ese verso no dice que es opcional, ¿Dice que es necesario por qué? Porque el Reino de Dios no se manifiesta solamente con los versos bonitos o solamente con las emociones correctas.
El Reino de Dios se manifiesta cuando nuestra fe atraviesa contradicciones, cuando nuestra fe atraviesa desafíos, cuando nuestra fe atraviesas horas de tensión y en medio de esas contradicciones de esos desafíos de esas zonas de tensión, tú decides mantenerte firme, existe algo en psicología que se llama la disonancia cognitiva, que es esa tensión interna que una persona experimenta cuando mantiene al mismo tiempo 2 ideas, o 2 creencias o 2 comportamientos que están en conflicto.
Esto incomoda a todo el mundo, no es incómodo en nuestra mente. ¿Por qué? Porque impulsa a la persona a buscar coherencia, ya sea o combinando sus pensamientos o minimizando el conflicto o ajustando el comportamiento. Y ya te digo algo: a veces hay disonancia cognitiva y espiritual. ¿Cuál es ese momento? ¿Es ese momento en el que crees, choca o lo que tú ves y tu cerebro entra en esa lucha interna? ¿Te preguntas: ¿Me adapto a la herencia o me afirmo en las convicciones?
Las personas que aprenden a tolerar esa tensión sin resistir a resistir esa disonancia cognitiva desarrollan una capacidad que se llama resiliencia, esa resiliencia, resiliencia en la palabra correcta, anticipatoria que es esa habilidad de tu seguir avanzando, aun cuando todavía no es claro el panorama.
La fe no Evita ese conflicto externo, la fe lo entrena, yo no sé si alguna vez tú te has sentido frustrada porque no ves el cumplimiento de lo que Dios te prometió te has sentido ridícula por seguir creyendo cuando nada a tu alrededor está cambiando, déjame decirte esto con todo el amor pastoral; eso no es una debilidad, eso es una señal de que tu fe está activa, muchas veces la incomodidad no es señal de que estás equivocada, es señal de que estás en el proceso correcto.
La incomodidad es el gimnasio donde se fortalece tu fe, así que, si estás en una temporada incómoda, no salgas corriendo, no huyas, no reprimas ese fuego que hay dentro de ti, abre los brazos y respira profundo y dile a Dios no entiendo todo, pero camino contigo señor, porque esa oración dicha en medio del fuego tiene más peso que mil declaraciones de fe en momentos cómodos.
Así que hoy deja de huir de lo incómodo y comienza a verlo como una señal de que estás cruzando dimensiones espirituales. Si la próxima vez que algo te pone en tensión, tú, en vez de preguntarte, ¿señor, que yo hice mal? Comienza a decirte: ¿qué están haciendo en mí? ¿Qué luego me vas a mostrar? ¿Qué nuevo nivel voy a desbloquear en mi vida? Créeme que estos son los nacimientos de tus próximas temporadas espirituales y si muchas veces el nacimiento de tu próxima temporada espiritual viene cubierto con incomodidad, pero esa incomodidad tiene que estar acompañada de una obediencia radical.
La fe que transforma no es la que se siente, la fe que transforma es la que se camina y hoy yo quiero que recuerdes que no se trata de cuanto creces, sino cunado practicas lo que estás creyendo, muchas veces he tenido temporada en la que parecía que mi fe estaba intacta, pero mi vida no se movía, oraba, declaraba, creía en las promesas, pero me faltaba como que dar ese paso y aprendí.
A veces aprendí con miedo, a veces aprendí con lágrimas que el cielo no se activa por tener buenos deseos, el cielo se activa cuando tu das pasos valientes, tú no necesitas una fe perfecta, solo necesitas una fe que se atreva, una fe que se levante del sofá algún día y se ponga los zapatos y diga hoy voy a dar el primer paso.
Quiero que comiences a activar tu fe, y créeme no tiene que ver con la cosa más grande, pero créeme con algo real, tal vez enviar un mensaje, retomar un proyecto, inscribirte en esa clase, levantar el teléfono, pedir perdón a esa persona, no te quedes sin palabra, es simplemente en palabra, simplemente muévete a la acción.
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